El engendro solitario oculta el tiempo
la soledad engendra miedo a Nostradamus
la incipiente investidura de la fortuna buena
es el camino de la lámpara
La fachada de la mujer- número de dios- la mujer espontáneamente cierta
silecio, muñeca, ángel desvaído, usado, detenido delito de la vida
no me he inventado asustándome gratuitamente
Ah! vergonzosas sonrisas! lo siento
qué paradoja esconde mi verdad!
Ahorrandose chistes manuscritos ha vivido en su teatro fantasma
cada soplo de brisa arrogante arrastra oscuramente
sobre la razón
cansada del grosero sentido de la perfección
Rosa usada
desdeño mis entrañas destinadas al escudo expresionista
fuera del alcance del dolor
ya me ocuparé de llorar y fascinarte
eso es absurdo pero la verdad es el aura y la impotencia
tengo miedo a falta de vacío
de El Libro Que Ríe, de Jeanne Sosa
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